3.12.2007

El Carnaval

Corren los niños descalzos, sonríen, las calles
como un río tornasol llevan la voz de su alegría.
Azul, verde, turquesa; el vestido de la reina
delirante en su belleza, que tomamos como propia
se mueve con gracia, contra las rocas, el mar.
Olvida el pueblo sus deudas, los turistas
cantan melodías que desconocen, y las niñas
sobre los hombros de sus padres
saludan con corona imaginaria.
No hay lugar para una iglesia que reprende,
la virgen sonríe en medallas de bautizo
al ver que las parejas
se observan con amor adolescente,
bendice sus besos,
mientras tocan los tambores
si se entregan uno a otro entre promesas.
Máscaras también, disfraces,
concurso y competencia, arrebato de pasiones,
un mundo que festeja.
Después del carnaval dormirán
desnudas y abrazadas las estrellas,
hoy también lo extraño se asemeja.

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