A Pedro Salinas

Me enamore de tu poema,
sí, el largo,
y te imaginé alto y gallardo
como los versos, voz con que tu hablas
y pensé encontrarte para decir:
"esta sombra mía es tuya" y así besarte,
como esperas que te besen
sin cordura.
vivías cerca, los trenes cómplices
del amor que presientes y presagias
irían despacio para ser testigos fieles
de la espera del Encuentro, con mayúsculas.
no leí las fechas de tu vida,
lo supe tarde.
después de maquillar y vestir el cuerpo que habrías de arrancarme
para amar lo que soy,
lo que palpas lejos y que extrañas
que yo sepa que eres tú ese
que llevo, ese otro, las manos
que escriben esto que yo escribo,
en este vivir nuestro.
debí leerlo en tu poema,
en cada desgarro de tu alma que entendía
morirías
y no vería yo tu cuerpo
no sentiría tu frente,
en mi frente, en mis manos,
solo tu libro en mi regazo y múltiples mis pasos.
amaría yo tu sombra.
te digo: (tarde)
"no te vayas"
con esta soledad que te inventaste
y la humilde dicha de entender.